El primer relato, El lobo gris, resulta demasiado escueto y con infinidad de cabos sueltos. El plato fuerte, en cambio, es el cuento del entrañable Rudjard Kippling. Como habría de esperarse de Kippling, el cuento sucede en la India. Esto no tendría relevancia si no coincidiera con la anécdota mencionada en la película The Wolf Man y el cuento de Leopoldo Lugones titulad

El tercer cuento del volumen, de Eugene Field, es por otra parte el más explícito y coherente. Su narración es clara, rápida y concisa. Sus referencias teutónicas también construyen un trasfondo medieval decadente y, sin embargo, es precisamente esta claridad, esta luz que echa sobre el asunto, la que disipa la oscuridad y el misterio.
Otro aspecto que se nota en los tres cuentos es uno que logra contrastar por fin al hombre lobo con la idea clásica del vampiro. El horror, en los tres relatos, no proviene del lobo como un monstruo agresivo o un enemigo que fuera a atacar al héroe. El problema del hombre lobo es precisamente que no es un monstruo a tiempo completo, el horror no está en enfrentar al hombre lobo, el verdadero horror es ser el hombre lobo. Si bien para Rosemary Jackson el "mito de Drácula" se centra principalmente en el contagio, esta no ha sido una característica trascendente para los demás vampiros clásicos, como Lord Ruthven y Carmilla, y en cambio lo importante es que el mismo Drácula de la novela es, en todo momento, un monstruo de pies a cabeza, esencialmente malo. El hombre lobo, en cambio, es poseído por un

Por supuesto, esto pierde relevancia con interpretaciones recientes. Cuando se intenta enfocar el punto de vista de ser un vampiro, como hace Anne Rice, el resultado, desde cierto punto de vista, no es tan distinto. Cuando se los mete en el mismo saco y se los chocolatea con antologías de monstruos junto con zombies, fantasmas, marcianos y robots, hasta convertirlos en parte de un repertorio estándar de malos, es bastante seguro que su sentido original se haya perdido por completo y que la distancia entre sujeto y objeto esté insalvablemente banalizada.
3 comentarios:
En una película que ví del hombre lobo se transmitía el virus de padre a hijo(hereditaria)y también el contagio se daba por mordedura. mas que lobo parecía mono jaja
¿por qué haces la separación hombre, lobo ?
El nombre lo he visto más veces escrito separado.
La película que mencionas es "The Wolf Man", originalmente de los años 40 y con un remake el año pasado, en el que salían Benicio del Toro y Anthony Hopkins. El personaje es John Talbot, el hombre lobo más famoso de todos a quien mencioné por ahí.
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