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Cónicas del Templo Negro

Después de muchos años de revisión y de buscar la forma de editarme, he vuelto a decidirme por la autoedición. El 4 de julio estará disponib...

domingo, 22 de noviembre de 2009

Honor, orgullo y derecho

"¡No somos nada!"
La polla records

Parece que no basta con culpar a LaVey. Ahora lo más probable parece que sea un efecto secundario de la docencia: convertido en supuesta figura de autoridad, me encuentro en la necesidad de poner cierto orden en el salón, de impartir cierta forma de justicia en las notas. ¿Qué clase de orden? ¿Qué es la justicia? Soy avatar de un dios desconocido por mí y venerado por las masas inconscientes. Al comienzo ponía sus evaluaciones en un sobre que decía Death Note, y me daba cuenta de que mi justicia era tan arbitraria y prepotente como la de Kira, al menos ahí tenía algo de lo cual enorgullecerme, pero ahora... Ahora, en verdad, tengo orgullo pero ninguna razón para sustentarlo más que el status quo del mundo externo, la máquina de homeostasis que se expresa a través de mí, y yo que cuanto más parezco, menos soy. Pero me la creo. Se internaliza en mí la actitud de poder juzgar, de creer disponer de criterios y merecer cierto trato, la absurda creencia de que ciertas acciones pueden corresponderse con ciertas reacciones, de que alguien me responderá de acuerdo a mis "méritos", que puedo ganar algo por las buenas y que mi existencia y esfuerzo no es un desperdicio. Pero todo es un desperdicio, siempre, y nadie me debe nada a mí ni tiene derecho a nada nunca. Se hacen las cosas que se hacen, y si ocasionalmente el vulgo resulta manipulado por ciertas apariencias que logro controlar, eso sigue siendo un accionar unilateral juzgable sólo desde una perspectiva personal, subjetiva y siempre egoísta en cierto modo. No puedo esperar nada de nadie, creer en nadie.
Quizás volviendo a estudiar me podría deshacer de esta vana ilusión de identidad, de posición. ¿O será acaso posible desarticular el papel mismo que interpreto sin renunciar a él ni destruirme? También me lleva de vuelta al estudio mi sed de conocimiento. El conocimiento no tiene por qué darle sentido a nada pero, para mí, resulta simplemente placentero en sí mismo el divagar sobre estructuras complejas trazadas sobre un mundo siempre caótico y vacío.

martes, 10 de noviembre de 2009

Improbable futuro galáctico

La señora de largo cabello gris lleva una banda roja y una gema en su frente, representativas de alguna cultura extraterrestre. Usa lentes, aparenta alrededor de los 70 y viste un uniforme azul de la federación galáctica. Y está aquí, en la decadente y terrenal ciudad de Lima, ahora, en un día lluvioso de noviembre del 2009 que en nada se parece a las fantasías de odiseas espaciales proyectadas para hacía ocho años. Aunque, claro, tampoco es realmente un día cualquiera en un lugar cualquiera: en una convención de frikis, incluso esto es posible. Yo todavía me predispongo a cuestionar el optimismo de los treckies desde la historia reciente, insistir en la crisis cultural que se da en base a un mundo globalizado donde el concepto unidireccional y alejandrino de civilización se cae a pedazos. Sin embargo, lo admite de entrada. Es improbable. Improbable, sí, pero nunca imposible. Definición particular de la ciencia ficción que podría considerar para mis experimentos steampunk, los cuales sí son bastante imposibles e incluyen una consideración metafórica de las doctrinas esotéricas más allá de su impacto a nivel espiritual. Claro que lo difícil está en poder evaluar las posibilidades. Por otra parte, resalta que la ciencia ficción, al abrirse hacia el futuro y lo desconocido, genera tolerancia y disposición a comprender universos alternativos, culturas alienígenas y tantas otras cosas. Quién sabe, la verdad. El conocimiento nunca es suficiente, se trata de una actitud de base, de un punto de partida en la perspectiva. Volviendo a Alejandro Magno, si bien aceptó acrisolar e incluir las costumbres de algunos de sus súbditos conquistados, no deja de ser el padre de la helenización, el primer gran imperialismo de occidente: ningún imperialismo más monstruoso que el de la razón occidental. Y aún así, el sacar cara por un pueblo extraterrestre ante un planeta lleno de terrícolas, el estar dispuesto a pensar más allá, sea en la dirección o con la apertura que fuere, todo ello marca un quiebre galáctico impresionante y un valor inmenso.

http://fatimarodriguezserra.galeon.com/stfans.html

martes, 3 de noviembre de 2009

Encuentro fortuito

Me crucé en un recital con Harold Alva. Leyó algunos versos bastante interesantes, de lo mortífero de la ciudad que nos asfixia, del poema mismo intentando realizarse. Y al parecer yo también, pues tras el desconcierto escéptico que provocó la fanfic circular, el infalible perro sin cabeza arrancó muchas risas y comentarios a todos, incluyendo al sujeto en cuestión. Hubo menciones de la editorial, pero ahora que me paseo por un par de blogs, veo que, justamente por el 2007, hubo situaciones parecidas a las que viví con un cierto tío bizarro que suele culpar a Nabokov. Mejor dejarlo hasta ahí en cuestiones editoriales, sacar fanzines contraculturales de bajo costo y tiraje mínimo. En cambio, por esta parte, se podrá hablar de poesía y tantas otras cosas.