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domingo, 27 de febrero de 2011

Ángeles Nocturnos

Si creían que Glauconar Yue no podía ser un nombre, prueben con JC. "Pero, quién es... JC" nos pregunta la misma contracarátula de su novela Ángeles nocturnos. La única pista que tenemos es una foto borrosa y recortada, con lentes que no se distingue si son ópticos o de sol, y algunos datos personales muy vagos. El vendedor que lo albergaba en su tienda, en cambio, me decía que sí conocía al pata. El hecho es que encontré el libro de casualidad, pasando por el centro comercial Arenales un día en el que nadie me esperaba ahí. Al encontrar una novela osucra, según el vendedor gótica, rodeada de revistas otaku y con dibujos de estilo comiquero entre sus páginas, pensé que tendríamos mucho en común.
La verdad, en el blog del autor ya hay comentarios que dicen "tu obra es pésima". Pero quizás Ángeles nocturnos también deba leerse como una película de serie B. Más que esforzarse por pasar por alto sus faltas ortográficas y su accidentado vocabulario, todo contribuye a una situación de absurdo. Hasta el final de la novela no tenemos ni siquiera la más remota idea de que el autor mismo sepa por qué persiguen a Berónica(sic). Quizás más interesante que eso sea reparar en el evidente hecho de que atrapar a una humana común, con una vida cotidiana mediocre y que lamenta no estar en forma, pueda resultar tan difícil para seres de otro mundo. De qué otro mundo también es imposible de determinar, pues se describe a los ethsolds como ángeles, pero no tienen nada que ver con ningún dios ni con el cielo ni el más allá, sino más bien con un reino futurista del cual son soldados teconológicos. Estos seres, que al comienzo parecieran surgir de una pesadilla paranoica, no logran siquiera sorprender a ninguno de los humanos y, con su pseudomagia y gadgets intergalácticos tan inútiles, provocan compasión y hasta identificación. Y en ese sentido, estoy más dispuesto a enternecerme con sus personajes más inesperados que a hacerme de la vista gorda o perdonar a alguien por ser su primera vez.

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