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sábado, 3 de abril de 2010

We're up to see the wizard

Además de mis propias ocurrencias steampunk de pequeñas autómatas o criadas mecánicas, me he subido al proyecto de un amigo para crear una versión alterna del Mago de Oz. Quizá yo mismo me lo estoy tomando más en serio que quien concibió la idea original, sobre todo tras el fiasco de una adaptación que comenté hace poco. A primer nivel, podrá pasar por una versión en un mundo moderno realista, pero sobre todo pretendo que resulte algo psicológicamente retorcido, explotando los límites de los símbolos convocados por Frank L. Baum para sondear las problemáticas existenciales de la conciencia. A Oz se llega para volver, o incluso, a Oz nunca se llega, en Oz siempre se vuelve. Todo en Oz es infaliblemente redondo: todo lo que se busca se tiene, siempre debe haber una bruja más, y quien más respuestas pretende tener es en verdad el más ignorante de los mortales. La circularidad indisoluble y paradójica de una realidad intersubjetiva, donde nada tiene sentido ni existencia por sí mismo, sólo en el flujo, casi una idea cuántica.
Es curioso cómo la película de la MGM con Judy Garland resulta a fin de cuentas mejor referencia que la misma novela de Baum, que ya casi nadie recuerda como tal. Pero claro, también es memorable la filmación negra funky con Michael Jackson en sus buenos tiempos, un antecedente de una versión bastante más urbana y oscura, sumamente significativa. Por último, una referencia que guarda particular significación para mí personalmente es un libro alemán que tuve desde mi infancia por muchos años como única fuente del relato y caló en mi memoria más fuertemente que cualquier Judy Garland. Fue reescrita por un tal Martin Auer y parece fiel en la mayoría de cosas, pero no sé en cuáles deja de serlo. Sin embargo el lujo de detalles, las voces y perspectivas que permite la narrativa, amplían mucho el horizonte y material del que nutrirme en un proceso de reescritura.
Por último, eso: la reescritura. Quizá parezca algo cómodo para mí a estas alturas preocuparme más por la superficie y el flujo inmediato de los diálogos, por el modo, que por la solidez de la trama subyacente o la tensión y la preocupación por el cómo acabará. ¿Alguien leería una versión del Mago de Oz sin saber ya el final? Todo lo contrario, puedo hasta contar con los referentes más asentados como requisito para que esta versión alterna adquiera sentido. ¿Cómo sin embargo, mantiene tensión e interés algo de lo cual todo el mundo ya conoce el final? No basta con prometer un final alterno. Como en todo momento, aquí también hay que hacer valer el viaje, que el camino mismo sea la gracia, y no apuntar nunca a que se termine.

2 comentarios:

Alonzo dijo...

Glauconar si puedes especifica en que formato saldra el proyecto, si como novela,cuento o historieta. Igual suerte. No se si se les paso por alto tomar como referencia la novela "Memorias de una Bruja Mala" de Gregory Maguire donde el mago de Oz es retratado como un dictador y donde se trata de explicar el origen de el hombre de hojalata y de el espantapajaros. Creo que fue llevada como musical a broodway.

Glauconar dijo...

El proyecto apunta hacia una historieta, pero aún no hay miras a publicación. Nos queda un largo camino amarillo por recorrer. Habrá que ver esa novela que dices. ¿Tendrá también algo que ver con ese musical "Wicked"? Gracias por la referencia.