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jueves, 25 de abril de 2013

La mosca de Kafka

Habré tenido 17 cuando me acoplé a una expedición al bosque seco en Tumbes. Fue en ese viaje que confirmé mi desprecio por la naturaleza, que es, como decían, un horrible lugar donde las gallinas andan crudas. Sin embargo, la experiencia más memorable, tras soportar el calor tropical y la suciedad del bosque, me la llevé el último día. Yo y una alemana bastante despistada tuvimos que regresarnos antes que el resto del grupo, por lo que nos dirijimos por nuestra cuenta al terminal terrestre, recorriendo algunas cuadras de la pequeña y decadente ciudad. En la esquina, una cuadra antes de llegar al terminal, se nos acercó un pordiosero sucio, en harapos, con una hirsuta barba blanca y delirando a voz en cuello las revelaciones que había recibido. Creo que le di un par de palabras cínicas y condescendientes y seguí de largo, pero cuando notó que no lo tomábamos en serio, alzó aun más la voz y profetizó:

-¡Voy a escribir un libro! ¡¡¡Sodoma y Gomorra, Los poetas muertos y La mosca de Kafka!!!

Con una desconcertada sonrisa en mi rostro entré al terminal y dejé al hombre atrás en la calle. Unas horas después pensé que debí decirle que escribir un libro puede ser entretenido y satisfactorio, pero lo más difícil, y aun así estrictamente necesario para causar impacto alguno, es publicarlo. Años después, el título de aquel libro que el profeta iría a escribir sigue resonando en mi cabeza. Pienso: "Voy a escribir..." y las palabras del destino completan mi frase, que queda reducida a un mero delirio mientras no alcance a tipearla.

¿Qué libro sería realmente el que aquel hombre iría a escribir? ¿"La mosca de Kafka" o "La mosca", de Kafka? Más que un cuento sobre alguna situación biográfica que hubiera experimentado Franz Kafka, intuyo que el tumbesino era más bien una especie de Pierre Menard silvestre, que lograría escribir un libro que perteneciera a alguien más. Por otra parte, Kafka no tiene ningún libro llamado "La mosca". Aunque Gregorio Samsa se convirtió en un "monstruoso insecto", por lo general se asume que era una cucaracha, y definitivamente no tenía alas. Kafka jamás escribió ningún libro parecido...

De hecho, ni siquiera se sabe a ciencia cierta qué escribió Kafka y qué no. Él pidó la destrucción de la mayoría de sus obras, no su publicación. Probablemente, para Kafka, lo más importante sí era "escribir un libro", aunque fuera un libro jamás publicado, ni por él ni por sus rencarnaciones, como lo es "La mosca".

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