-¡Voy a escribir un libro! ¡¡¡Sodoma y Gomorra, Los poetas muertos y La mosca de Kafka!!!
Con una desconcertada sonrisa en mi rostro entré al terminal y dejé al hombre atrás en la calle. Unas horas después pensé que debí decirle que escribir un libro puede ser entretenido y satisfactorio, pero lo más difícil, y aun así estrictamente necesario para causar impacto alguno, es publicarlo. Años después, el título de aquel libro que el profeta iría a escribir sigue resonando en mi cabeza. Pienso: "Voy a escribir..." y las palabras del destino completan mi frase, que queda reducida a un mero delirio mientras no alcance a tipearla.
¿Qué libro sería realmente el que aquel hombre iría a escribir? ¿"La mosca de Kafka" o "La mosca", de Kafka? Más que un cuento sobre alguna situación biográfica que hubiera experimentado Franz Kafka, intuyo que el tumbesino era más bien una especie de Pierre Menard silvestre, que lograría escribir un libro que perteneciera a alguien más. Por otra parte, Kafka no tiene ningún libro llamado "La mosca". Aunque Gregorio Samsa se convirtió en un "monstruoso insecto", por lo general se asume que era una cucaracha, y definitivamente no tenía alas. Kafka jamás escribió ningún libro parecido...De hecho, ni siquiera se sabe a ciencia cierta qué escribió Kafka y qué no. Él pidó la destrucción de la mayoría de sus obras, no su publicación. Probablemente, para Kafka, lo más importante sí era "escribir un libro", aunque fuera un libro jamás publicado, ni por él ni por sus rencarnaciones, como lo es "La mosca".
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