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miércoles, 5 de noviembre de 2008

Azar, elección, resurgimiento

A David Lozano lo concí casi por azar. El mismo día, llendo por razones totalmente ajenas, divisé un afiche anunciando una conferencia sobre literatura de horror en el centro cultural de España, y un taller de autor que empezaba el día anterior. Adjuntaba una imagen halloweenesca bastante farsesca. Sí lo pensé dos veces. El azar, al fin de cuentas, es siempre una carta desconocida, pero puede abrir también puertas insospechadas hacia los lugarse más nuevos y remotos, al igual que puede dejarme plantado en el mismo paraje desierto del que vine y anular secamente mi esfuerzo y expectativa. El ápice determinante, sin embargo, es siempre mi elección. Aunque llegué tarde a casa, me desperté temprano para llegar a la conferencia de las 8 pm. Se trataba principalmente de una presentación de la obra de Lozano, quien acababa de sacar la novela "La puerta oscura" sobre París y el inframundo. El autor hablaba de técnica, de tópicos y tradición pero, sobre todo, de un resurgimiento de la "literatura inquietante", la perturbadora, la obscura. Quienes lo comentaban, Juan Manuel Chávez y Pepe Güich, mencionaron unas cuantas anécdotas interesantes y puntos teóricos relevantes (Chávez, sobre todo), pero volvían inevitablemente a la eterna tarea del intelectual peruano, la de rumear incansablemente las tristezas de la realidad social sin proponer solución (Güich, sobre todo). El sentimiento, a pesar de todo, en este auditorio sombrío y pequeño, era bastante personal e íntima, al terminar el público presente no paraba de preguntar inquietamente, y al preguntar yo incluso llamé a David por su nombre antes que por su apellido, aunque lo había visto por primera vez hace menos de una hora. A la salida le manifesté mi extrañeza, mi necesidad por este resurgimiento del que hablaba. Él pareció casi tan emocionado como yo cuando le entregué mi libro. Ahorá recién empezaré a leer el suyo.


(vaya impresiones que se puede llevar uno de un autor sin haberlo leído)

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