La revista logró sacar dos números gracias al apoyo logístico de Diana Ochoa, piscóloga que paraba más en la tierra que todos nosotros, pero se terminó desintegrando tras un semestre por sus mismas diferencias creativas originales. Para algunos siempre fue un fanzine donde exponer la creatividad que nos pulsaba, pero otros lo entendían aun como una carta de presentación y una revista respetable dirigida a un público lector elevado. Había ya bastante material reunido para la Elisión 3, pero poco se pudo hacer.
Y sin embargo ahí está la 2, una pretenciosa y ecléctica revista de estudiantes de tercer ciclo en la hemeroteca de la universidad. Como decía, contiene un cuento mío llamado "Viejos tiempos", un cuento de terror de esa época, en el 2003. Un cuento que me pareció bastante malo ahora que lo revisé para mandarlo a alguna revista. Y es que hace unos meses me habían dicho para publicar un cuento de terror en una revista web, y repasando otra vez mi repretorio me di cuenta que el único cuento de terror corto que tenía era el de "Demonbearer", que ya lo había publicado en el blog de Max. Los demás eran todos muy largos para salir en revista, excepto "Viejos tiempos", que era malazo. Es cierto que "Viejos tiempos" tiene atmósfera, y la atmósfera es la mitad de todo lo que importa en un cuento gótico. Las fábricas, el ocaso, las tuercas, los papeles, la noche... Pero le faltaba todo lo demás. Era un cuento a medias, medio cuento, un cuento mediocre. La historia y el personaje eran perfectamente absurdas. El profe que no cree en lo que enseña, pero resulta que sí es verdad. Pero si no cree en eso, ¿por qué le asusta? ¿Porque sabe que es verdad? Porque, relamente, es verdad. Nah. Me recordaban a los Cuentos de la cripta, ni siquiera los de las películas gore, sino los de esa serie de dibujos animados, donde los episodios tenían una estructura más parecida a Pinocho que a la de cualquier historia de horror: por no creer en fantasmas, te van a comer. Por ser malo y mentiroso, te cae la maldición. Y para colmo a menudo hay una historia, como la que mi profe le cuenta a sus alumnos, y que con muchísima anticipación vuelve todo completamente predecible. Realmente insufrible.
Cuando algo está mal en su misma estructura, hace falta crear una versión radical. No es una simple revisión en lo que ya tengo escrito. Es hacer borrón y cuenta nueva, empezar con una nueva página completamente en blanco. Hago esto con prácticamente todos los poemas que escribo hace bastante tiempo, quizá este sea el segundo o tercer cuento al que se lo aplico, pero definitivamente sería bastante jodido aplicarselo a una novela. El Vlad solo tiene revisiones mayores, pero no radicales. En fin, en el caso de "Viejos tiempos" había también una diferencia de cuatro años entre la forma como escribía y como escribo, cuatro años + hueco. Por eso y porque la atmósfera y descripciones de la primera versión si estaban aceptables, mi versión radical tuvo huecos, que luego rellené con párrafos. Aún me quedan dudas de cómo concluir. Poe escribió que la primera frase es fundamental en todo cuento, pero nunca dijo nada sobre la última. Sin embargo en un cuento de tensión e intriga, el final lo es todo.
El final de esta historia es también un tanto inesperado. Hace poco escribí de nuevo a la revista con la que había contactado, para los que también había redactado un artículo sobre la historia y leyenda de Vlad y Bathory, y su relación con Drácula y Bella Lugosi. Pero esta vez me dijeron que esa era una revista de ciencia ficción, que ahí solo publicaban ciencia ficción y que el horror nada que ver. ¿Me habrá contestado otra persona que la que me contactó al comienzo? En fin, eso me puso de mal humor y por eso y un par de cosas más mi post anterior salpicó más mala leche que de costumbre, tanto así que ofendí a un par de personas que no debía. Mis más sinceras apologías, MP.
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