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Cónicas del Templo Negro

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domingo, 11 de julio de 2010

Ducha

Bañarme con otro hombre me devuelve a la androginia de mi cuerpo. Veo mi piel blanca, mi vientre delgado, los huesos de mi pelvis, mis costillas. Sumamente sexual, pero no puede estar sexuado en la misma dirección que el cuerpo sólido, robusto y con vellos que se baña a mi lado, en la misma ducha, como si fuéramos hermanos. Quizás más que pudor es que siento no poder consumar el acto erótico inherente a mi cachonda desnudez, el sexo que mi cuerpo mismo me pide. Quizás, más que el no poder realizarme homosexualmente, lo que sucede es que el hombre junto a mí es de un género demasiado distinto al mío, y necesito, realmente, un cuerpo que de veras se asemeje para poder aparearme.

A S T A R T E - V I V I T - I N - C O R P O R E - M E O

1 comentario:

Anónimo dijo...

eres gay???