
La segunda película de Narnia es un fiasco. La primera estaba mínimamente pasable. Esta no. Con lo mala que es, se pensaría que algo del libro se debe haber perdido, y por un momento se me cruzó por la cabeza darle por fin una oportunidad al texto, y recordé cuando en la feria del libro, nadando entre tantas páginas revueltas, hojee también las primeras páginas de la interminable saga de Lewis, para encontrarme con una narración extremadamente infantil, casi abebada y paternalista, de esas cosas didácticas en las que nos han convertido los cuentos de hadas. El libro tampoco promete mucho.
La verdad es que C.S. Lewis intentó escribir El señor de los anillos, pero a mi parecer cometió tres errores fundamentales:
1-El señor de los anillos ya había sido escrito por Tolkien. Este quizás no sea un error tan grande, como han demostrado desde Lafcadio Hearn hasta Puig, sin dejar de pasar por Menard. La originalidad no vale tanto como nos quisieron hacer creer los vanguardistas. Lo importante es escribir las cosas de forma interesante, incluso si son las mismas cosas. Hay que saber sacarle la vuelta a las h

2-Pensó que El señor de los anillos era un libro para niños. Esta metida de pata sí es patética e imperdonable, pues reproduce y aporta al estigma que tiene la literatura fantástica de poco seria o hasta poco literaria. Los pseudointelectuales vargasllosistas y ribeyrianos siempre acaban confundiendo a Tolkien con Harry Potter y Disney, con la noción degradada del "cuento de hadas", como mencioné antes, son "esas cosas que lee la gente de ciencias que juega a las cartas magic"; y de forma totalmente subjetiva acaban negando el poder mítico. Lo digo por experiencia propia. La película al menos, carece completamente de trama y es sólo una serie de batallas superficiales. Los héroes son simples, antipáticos y vacíos. La idea de que una historia para niños es una historia simple implica asumir que todos lo niños son idiotas y, como la misma historia dice: "Si te tratan como un animal, te conviertes en un animal". Es en la tierna infancia que se idiotiza a la población.
3-Quizo escribir El señor de los anillos sin escribir el Silmarillion. No lo leyó siquiera. Es comprensible, dado que esta obra fue publicada póstumamente por Christopher Tolkien en 1977 y no vió la luz durante la vida de su autor. Sin embargo es un trasfondo mítico fundamental, como ya venía diciendo, para comprender las dimensiones más amplias y profundas de la fantasía de JRR tolkien y sin el cual El señor de los anillos se puede concebir como una novela de aventuras más, que es lo que hizo Lewis.
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